Sin lágrimas

Las palabras se esfumaban como humo a lo alto, como perfume que desgasté de tanto evocar tu recuerdo. Te pensaba incansable cada día, al caer la tarde se intensificaban mis deseos de sentirte cerca al menos una vez...
Tu nombre se me fue olvidando y también tu imagen serena; como esa mujer que esperaba en el puerto pero ya no recordaba a quien.
Me volví adicta al sabor de la nada como quien masca un chicle por demasiadas horas, solo para tener algo que masticar... y mastique tu recuerdo hasta que se le fue todo el gusto y no quedó más que escupir la tristeza que causa el olvido.


                     Vero Pianalto 1/4/2020